viernes, 23 de enero de 2015

Los 7 hábitos para estar en calma

Los 7 hábitos para estar en calma


Leaf of grass with water drops in vivid sun rays. Morning after night rain.
He llegado a creer que el estrés, la tensión, la ansiedad constante en el trabajo y en la vida, el exceso de tareas… forma parte de la vida moderna.
La mayoría de la gente simplemente no se siente con sensación de paz, de tranquilidad, de serenidad, durante todo el día.
Tengo que admitir que a mí me pasa igual gran parte del tiempo. Pero he aprendido algunas cosas que me han ayudado a crear una sensación de calma y tranquilidad durante más tiempo que antes. Algunas cosas las aprendí de un curso de Paz Interior, otras de personas que conozco que son inspiradoras para mí y otras de mi propia experiencia.
Es importante tener en cuenta que uno no puede controlar las cosas que le pasan gran parte del tiempo y sobretodo no se puede controlar cómo actuarán otras personas. Lo único que podemos controlar es nuestra respuesta. Puedes responder a un mismo hecho con ansiedad y con ira, o puedes responder con calma y paz.
Estos son los hábitos para desarrollar que te pueden ayudar a cultivar la calma en tu vida. Te recomiendo que los apliques uno por uno, de forma gradual. Siempre se consiguen más cosas así.

Los 7 hábitos para estar en calma

1. Una rutina matutina tranquila.
Muchas personas empiezan su día con una carrera estresante y ya van nerviosos todo el día. Yo suelolevantarme temprano y empezar el día con unos minutos de meditación. Después desayuno tranquila sentada y me pongo a escribir antes de que empiece a haber movimiento en casa. Tú no tienes por qué hacer las mismas cosas. Igual a ti te funciona hacer ejercicio o practicar yoga. Pero es importante encontrar la tranquilidad de la mañana y sacar el máximo provecho de ella
2. Crear rutinas para afrontar el estrés.
Muchas veces, cuando tenemos estrés, solemos reaccionar de forma no muy saludable – ira o enfado, sentirse agobiado,  abandonarse, comer comida basura, consumo de alcohol o drogas, comprar cosas que no necesitamos, ir a sitios a perder el tiempo, postergar las cosas, y así sucesivamente . En cambio, necesitamos formas saludables de lidiar con el estrés. Cuando notes el estrés, piensan en cómo lidiar con él y, a continuación, sustituye cualquier rutina poco saludable con otras más saludables. Los hábitos de adaptación al estrés saludables pueden ser: hacer ejercicios de relajación, yoga, tomar una infusión, dar un paseo, tomar un poco de agua, hablar con alguien que te importa…
3. Ser consciente de tu respuesta.
Cuando algo estresante ocurre, ¿cuál es tu respuesta? Algunas personas pasan a la acción – aunque si la situación de estrés es otra persona, a veces la acción puede ser perjudicial. Otros se enfadan , o se agobian. Y otros comienzan a sentir lástima de sí mismos y a desear que todo sea distinto. ¿Cómo estoy reaccionando yo? ¿Cómo podría hacerlo mejor? Dar respuesta a estas preguntas es un hábito importante. Es un ejercicio deautoconciencia autoconocimiento. Aprende a gestionar tus emociones en tu respuesta.
4. No tomarse las cosas personalmente.
Muchas veces con el hábito anterior te das cuenta que tu respuesta es tomarte las cosas personalmente. Si alguien hace algo que no nos gusta, a menudo tendemos a interpretar esto como una afrenta personal. ¿Nuestros hijos no limpian sus habitaciones? ¡Ellos nos están desafiando! ¿Nuestro cónyuge no muestra afecto hoy? ¡Eso es que ya no me quiere! Algunas personas llegan a pensar que el universo confabula personalmente contra ellos. Pero la verdad es que no es personal. Normalmente la otra persona está tratando de resolver sus propios problemas y lo hace lo mejor que puede. Todos lo hacemos lo mejor que podemos.Aprender a no interpretar los acontecimientos como una afrenta personal puede llevar mucha calma a tu vida. Se trata de ver estas situaciones como un evento externo no personal (como una hoja que cae, un pájaro que vuela) en la que puedes responder sin una actitud estresante, o no tengas que responder en absoluto.
5. Gestionar el tiempo.
Continuamente tenemos la sensación de que nos falta tiempo, y eso no ayuda a nuestra calma interior. Para ello gestiona tu tiempo, enfocándolo en lo que de verdad es importante para ti, eliminando los ladrones de tiempo y la multitarea de tu vida. La multitarea es de las cosas que más ansiedad produce. Gente mirando su móvil mientras va en el tren, caminando o conduciendo. Gente twitteando o publicando en Facebook mientras cocinan, ven la televisión mientras comen o planifican su día mientras hacen tareas. Ésta es una gran manera de aumentar el nivel de ansiedad que corre a través de todo lo que haces, porque siempre estás preocupado de que deberías estar haciendo más, haciendo otra cosa. ¿Y si, en cambio, acabas de hacer una cosa, y aprendes a confiar en que no deberías estar haciendo otra cosa? Se necesita práctica: simplemente comer. Sólo lavar su tazón. Sólo hablar con alguien.Simplemente gestiona tu correo electrónico, una vez al día, hasta que tu bandeja de entrada esté vacía. Aprenderás que hay paz en sólo hacer una cosa, y dejar ir todo lo demás.
6. Ser agradecido.
Claro, mucha gente habla de la gratitud … pero ¿con qué frecuencia lo aplican en su día a día? Cuando las cosas no van muy bien en el trabajo, o nuestro jefe está enfadado, o nuestros compañeros de trabajo son groseros, o nuestros hijos se portan mal, o alguien que no nos ama como nos gustaría … y no podemos sentir más que enfado, ansiedad e infelicidad… ¿podemos estar agradecidos? Reduce tus quejas, y encuentra una manera de estar agradecido, no importa qué. Y luego sonríe. Dedica un tiempo de tu vida a agradecerle a la vida todo lo bonito que te ha dado: a primera hora de la mañana, a última de la noche… Este hábito puede cambiar su vida.
7. Reducir el ruido.
Nuestras vidas están llenas de todo tipo de ruido: el desorden visual, notificaciones, redes sociales, noticias, todas las cosas que tenemos que leer, correos electrónicos por contestar… Y la verdad, nada de eso es necesario. Reduce aquellos compromisos que realmente no te aportan nada y desconecta de Internet, teléfono móvil y Redes Sociales. Reduce todas estas cosas y más, y crear un poco de espacio, un poco de silencio, en tu vida.
Poco a poco llevarás el control de tu vida y notarás el equilibrio, la calma y la paz en todo lo que haces.
Artículo de Inma Torres, bloguera minimalista.
inma
Inma es minimalista existencial.  En su blog www.vidaenpositivo.org habla sobre minimalismo, productividad, y cómo llevar una vida más sencilla y más plena, una vida con menos cosas y enfocada en lo importante. También puedes seguirla en Twitter (@iVidaenPositivo) o en Facebook: https://es-es.facebook.com/vidaenpositivo1

El 40 por ciento de los cánceres se podría prevenir



El 40 por ciento de los cánceres se podría prevenir con hábitos de vida saludable, como hacer ejercicio, proteger nuestra piel del sol, no fumar y tener una dieta equilibrada que, según los expertos, son fundamentales a la hora de evitar el desarrollo de esta enfermedad, sobre todo en personas con familiares que la hayan padecido.
Así lo confirman un grupo de expertos españoles que han lanzado una campaña de prevención y concienciación de la importancia de adquirir hábitos de vida saludables y realizar los controles pertinentes para combatir este mal.
En los últimos años se ha avanzado mucho en el tratamiento del cáncer, especialmente gracias al conocimiento de la genética, pero la medida más eficaz para combatir el cáncer es la prevención.
El cáncer es una de las principales causas de mortalidad en todo el mundo, diagnosticándose a más de doce millones de personas anualmente, de las cuales fallecen 7,6 millones. Se prevé que, si no se toman medidas, en el año 2030 la cifra de nuevos casos de cáncer diagnosticados alcanzará los 26 millones, y que el número de muertes superará los 17 millones; siendo la incidencia mayor en los países de recursos bajos y medios.
Cuando se habla de la forma en la que nos alimentamos por lo regular tendemos a pensar casi lo mismo: “si siempre se ha cocinado así” o “siempre he comido de esta manera” y aunque esto es real, no quiere decir que podamos justificar que algunos de esos hábitos no son tan adecuados como quisiéramos. Tampoco es necesario prohibir radicalmente estas conductas, se trata de conocer si estas costumbres pueden ocasionar riesgos para la salud y moderar el consumo de ciertos alimentos en beneficio de nuestra salud.
En este sentido, la alimentación tiene un gran impacto en el desarrollo o prevención de una gran cantidad de enfermedades, entre estas encontramos el cáncer.
Las causas del cáncer son diversas y no todas son conocidas, sin embargo podemos encontrar una relación en la herencia y la genética de los individuos y causas ambientales como la contaminación, el tabaco, la dieta, etcétera.
Los factores alimentarios se relacionan con 35% del origen de los tumores, en tanto que el tabaco con 30%, según datos del Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos.
Este mismo Instituto informa que un cambio en la dieta puede reducir la incidencia global de cáncer entre 30 y 40%, lo que equivale a entre tres y cuatro millones de casos anuales en todo el mundo. Junto con el abandono del tabaco implica que entre el 60 y el 70% de los cánceres son evitables.
Dentro de los factores estudiados que aumentan o disminuyen el riesgo de un cáncer dado, la intensidad de la asociación se clasificó como “convincente”, “probable” o “posible”.
En general, las verduras y frutas reducen el riesgo de cáncer. Por ejemplo, las verduras reducen el riesgo de cáncer de boca y faringe, esófago, pulmón, estómago, colon y recto (convincente), laringe, páncreas, mama y vejiga (probable), hígado, ovario, endometrio, cuello del útero, próstata, tiroides y riñón (posible). De manera similar, las frutas reducen el riesgo de cáncer de boca y faringe, esófago, pulmón y estómago (convincente), laringe, páncreas, mama y vejiga (probable), ovario, endometrio, cuello del útero y tiroides (posible).
Por otro lado, el alcohol, la carne, las dietas grasas y la obesidad incrementan el riesgo de diversos cánceres. La carne, por ejemplo, probablemente aumenta el riesgo de cáncer colorectal, y posiblemente incrementa el riesgo de los de páncreas, mama, próstata y riñón.
En la actualidad, gracias a los resultados de numerosos estudios, se pueden establecer un conjunto de recomendaciones alimentarias:
  • Consumir una alimentación rica en verduras y frutas, leguminosas y cereales integrales.
  • Mantener un peso corporal saludable (el índice de masa corporal, una medida de peso relativo calculada dividiendo tu peso en kilos por el cuadrado de tu altura en metros, debería estar entre 18.5 y 25 kg/m 2).
  • Realizar una hora al día de actividad física.
  • Comer diariamente 400-800 gramos o cinco o más raciones de verduras y frutas.
  • Comer diariamente 600-800 gramos) o más de siete raciones de cereales y leguminosas.
  • Elegir alimentos mínimamente procesados.
  • Limitar el consumo de azúcar.
  • Limitar las bebidas alcohólicas, si no del todo, a menos de dos bebidas al día para los varones y una para las mujeres.
  • Limitar el consumo de carne roja, a menos de 80 gramos por día.
  • Limitar el consumo de alimentos con grasas, especialmente aquéllos de origen animal.
  • Limitar el consumo de alimentos salados y el uso de la sal en la cocina y en la mesa.
  • Evitar el consumo de alimentos ahumados, en salazón, braseados, conservados en vinagre y en general cocinados directamente al fuego o humo.
  • No tomar alimentos ni demasiado calientes ni demasiado fríos.
  • Mantener un hábito de comidas regular, en cantidad y en horario.
  • Beber de 1.5 a 2 litros de agua natural.
  • También se recomienda a los consumidores no fumar ni mascar tabaco.
Seguir con las recomendaciones anteriores se pueden llegar a prevenir hasta en 30% todos los tipos de cáncer.