domingo, 9 de junio de 2013

PORQUE ENFERMAMOS


Cuando la impotencia, el rencor, la frustración y la falta de amor por uno mismo aparecen en la vida, es cuando aparecen las enfermedades.
Lo más importante es emprender un proceso de aceptación de uno mismo y de sus reali
dades, enfermamos porque nos desconectamos de la fuente que da la energía.
Sin actuamos en contra de nuestros sentimientos, el cuerpo lo percibe como un ataque, cuando no atendemos a nuestras necesidades vitales también lo percibe como otro ataque. Y cuando nos llenamos de odio, resentimientos, dudas y miedos nos hacemos continuos ataques. Convirtiéndonos en enemigos de nosotros mismos.
Así una y otra vez a lo largo de la vida, en esos estados el cuerpo enferma. La enfermedad es un aviso que nos da el cuerpo de que lo estamos descuidando….
Todas o casi todas las enfermedades tienen su raíz en un problema emocional no resuelto en la persona.
La buena noticia es que podemos aprender a no enfermar y si ya estamos enfermos a curarnos, todos tenemos la capacidad de contribuir a nuestra propia curación.
Podemos hacerlo cambiando nuestros modelos de pensamientos, pues cambiando lo que pensamos cambiarán nuestros actos y como consecuencia cambiaran nuestros sentimientos hacia sentimientos más puros, de más amor lo que llevara a tener más energía y menos toxicidad en nuestro cuerpo. Ya que los pensamientos que nos perjudican son toxinas para el cuerpo. Si aprendemos a interpretar con exactitud nuestras emociones podremos tomar las decisiones adecuadas en cada momento.
Abandonando la esclavitud de la falta de control mental caminaremos hacia una vida de libertad, pues dejaremos de estar sujetos a las restricciones de los pensamientos.
Para curarnos hemos de equilibrar nuestro cuerpo, mente y espíritu, ya que aunque es en el cuerpo donde se manifiesta el problema, pero es en el espíritu donde está la semilla del problema, que se encarga la mente cuidadosamente de desarrollar a través de los pensamientos inadecuados.
Si tenemos una fuerte conexión con nuestro ser interior, unos pensamientos sanos y constructivos, además de cuidar de forma saludable nuestro cuerpo, estaremos sanos.
Cuando hay equilibrio entre las tres partes que nos forman, sentimos la alegría de vivir que es lo normal entre los seres vivos del Universo y nosotros no somos una excepción.
Si no cambias mentalmente frente a una actitud que te ha hecho enfermar, ni el mejor médico del mundo te podrá curar.
El Resentimiento es una de las emociones que más enfermedades produce junto con el miedo. Pero la densidad del resentimiento podemos cambiarla con el sentimiento del perdón, el perdón a nosotros mismos la mayor parte de la veces y luego a los demás.
El perdón beneficia al que lo da, no es para el que lo recibe ya que la carga emocional negativa la lleva el que no perdona.
El Miedo es un cierre a la entrada de energía a nuestro ser, es oponerte a vivir, es cerrarte a la experiencia que supone tener una vida con ilusiones aunque tengas que correr riesgos, no se puede tener miedo a vivir. Porque entonces te pierdes lo mejor de la vida que es crecer…si no experimentas, por miedo fracasar, nunca sabrás si hubieras tenido éxito y tu vida se convertirá en un cúmulo de frustraciones.
El miedo es sobre todo desconfianza, de ti mismo y de que el Universo no te de cosas buenas, siempre te da lo que necesitas en cada momento. Porque tú eres el que crea el Universo cada día. Es falta de fe en que tú te mereces lo mejor, tenemos miedo porque en el fondo esperamos lo peor.
Si perdonas y te liberas de los miedos, te podrás curar casi de cualquier cosa. Las palabras y los pensamientos que has tenido y pronunciado hasta el día de hoy son los que te han puesto en tu situación actual física y emocional.
Hagamos un esfuerzo que merece la pena, recuperemos toda la Alegría y el Amor que traíamos al nacer, entonces éramos importantes y nos sentíamos el centro del mundo.
Los bebés son osados, piden lo que necesitan y expresan lo que sienten. Haz tú lo mismo. Recuerda que una vez hace mucho lo hacías.

TODO sucede por LEY, La Ley de la Atracción


ENERGÍA - VIBRACIÓN - SONIDO:
CUENCOS TIBETANOS



El Universo está compuesto por átomos. Lo más maravilloso e increíble del átomo es el hecho de que algo tan sólido y aparentemente estático como una roca esté íntegramente formado por partículas en contínua vibración. Según como se combinen entre si producirán distintos tipos de energía vibrante, que se organizan en ritmos y ciclos.
Estamos inmersos en un mundo de energías que se manifiestan ante nosotros de diferentes modos. Esa energía emite diferentes vibraciones. Nuestros receptores pueden decodificar algunas en colores, sonidos, gustos, calor, frió, aromas…. Y hay otras que nos atraviesan de todas formas, influyéndonos.
La naturaleza tiende a vibrar en armonía (o a buscarla si es que por alguna circunstancia se perdió) desde sus conformaciones mas pequeñas e invisibles a nuestros ojos, hasta lo mas grande, como el sistema cósmico e interplanetario, también invisible a nuestros ojos, a simple vista, por lo inconmensurable.
Desde tiempos remotos, el hombre trato de explicar este orden armónico del universo. Observo cómo todo se da en ritmos y ciclos, que se repiten en un orden consecutivo y dinámico. Ciclos que involucran el funcionamiento de cada partícula del cosmos.
En el ser humano observamos el ritmo cardiaco, el de la respiración, el digestivo, el del sueño y vigilia. O mas amplio, las etapas de nacimiento, crecimiento, madurez, vejez, muerte. Las divisiones que el hombre le dio al tiempo, desde segundo, minuto, hora, dia, semana, mes, año, siglo. Las estaciones del año, etc…
Observó cómo en la Naturaleza , en el crecimiento de las plantas, en el movimiento de los astros, se daban estos ciclos y les llamo de "Proporción áurea".
Llego a la conclusión de que somos todos similares, aunque también somos individuos. Somos proporcionados en nuestras medidas y formas. Que esa relación armónica tiene que ver con nuestra vida.
Luego, desde cada disciplina sistemática se dio una explicación y comprobación de ella. En Matemáticas, Fibonacci, explico el crecimiento en la naturaleza en relación armónica a través de la siguiente secuencia numérica 1-1-3-5-8-13-21-…. (cada numero de la serie es la suma de los dos anteriores).
Desde la Geometría se lo explico con el Rectángulo mágico, desde donde nace la forma perfecta de la elipse.
En Arquitectura, los griegos construyeron todos sus edificios y monumentos tomando en cuenta estas proporciones, ya que basaban su filosofía en la armonía del hombre con todo su entorno. Pitágoras creo la escala musical teniendo en cuenta esta proporción aurea por lo que se explica cómo es que el sonido y el fenómeno musical influyen en el hombre y son ampliamente terapéuticos.
El sonido es una parte integral de nuestras vidas. Desde antes de nacer el ser humano ya esta rodeado de sonido: los latidos cardiacos de la madre, los de su respiración, y una primera experiencia amortiguada del mundo exterior.
Vivimos en un mundo de sonidos. Sonidos que se oyen y otros que no. Sonidos musicales y caóticos. Sonidos familiares y extraños. Sonidos agradables y sonidos inquietantes. Sonidos que destrozan y sonidos que curan.
El sonido se genera como un movimiento vibratorio de partículas y de objetos. Las vibraciones que producen el sonido, representan una energía que se encuentra en toda la naturaleza, no solo en nosotros y en nuestro mundo, sino mucho más allá, en las regiones de los satélites, las estrellas y el universo.
A escala cósmica, el sonido es una fuerza universal e invisible, capaz de producir cambios profundos a muchos niveles (físico, emocional, espiritual)
Si tomamos al cuerpo humano desde cada célula, tejido, órgano, hueso y la cantidad de líquido que lo conforma, y si sabemos que todo ello es vibración constante … cuando todo vibra en armonía podemos compararlo musicalmente con una sinfonía. Algo que suena agradable. Que esta compuesto por estructuras distintas, con tempos distintos… pero que son parte de un todo. Pero este estado de armonía no es estático, sino totalmente dinámico e influenciable por el mundo interno (emociones, pensamientos, salud física) y externo (las vibraciones del resto de lo que lo rodea).
El sonido de los Cuencos Tibetanos está en concordancia con la Proporción áurea. Están afinados según la escala Pitagórica.
El sonido de los Cuencos Tibetanos y sus armónicos sirven para equilibrar los planos físico, mental y emocional.
Sus sonidos son puros, intensos y guardan un misterio particular capaz de transportar, a quien los escucha, a una experiencia difícil de explicar con palabras. Una experiencia para transitar y disfrutar con todo el cuerpo. Actúan despejando la mente, destrabando bloqueos emocionales.
Facilita, a la persona que los vivencia, encontrar un estado de relajación profunda. Poder desprenderse durante ese momento de los problemas cotidianos y con ayuda de ejercicios de respiración y con el sonido de los cuencos, tener la oportunidad de conectarse consigo. Es comparable a "hacer silencio" en cuanto a que éste sería un silencio de lo cotidiano para escuchar los propios sonidos y sensaciones.
"Dejar un espacio para que estos puedan aparecer"
Además del BAñO SONORO (escucha de los sonidos de los Cuencos), hay otra modalidad terapéutica en el empleo de los cuencos, es el MASAJE SONORO o masaje vibracional. Es una técnica de armonización natural que actúa sobre los planos físico, emocional, mental y espiritual.
Los tonos de los cuencos crean un balance energético y sincronizan los hemisferios cerebrales, produciendo un centramiento. Los sonidos y vibraciones tienen la propiedad de modificar las ondas cerebrales favoreciendo los estados de relajación y meditación.
El sonido nos afecta por el principio de resonancia, por el que una vibración más intensa y armónica, contagia a otra más débil o disarmónica.
El masaje sonoro implica hacer sonar el cuenco muy cerca del cuerpo, o bien apoyarlo sobre este, para que llegue tanto el sonido como la vibración.
El sonido de los cuencos y la Música ayudan en
  • Rápido logro de una relajación profunda
  • Suave masaje y armonización celular
  • Alivio del estrés y la ansiedad.
  • Mejora de la concentración.
  • Mejora de la creatividad.
  • Mejora de la visión (física, mental y espiritual).
  • Equilibrio de los hemisferios cerebrales.
  • Restablecimiento del equilibrio del sistema endocrino mediante la vibración de la hipófisis o pituitaria.
  • Fortalecimiento del sistema inmunitario.
  • Alivio de la sinusitis y los dolores de cabeza.
  • Estímulo de la actividad de las ondas alfa o meditación profunda.
  • Aumento de la energía por medio de la estimulación del líquido cefalorraquídeo (posiblemente la forma física de la energía kundalini).
  • Equilibrio y limpieza de los chakras y del aura (y los órganos y glándulas correspondientes).
  • Limpieza del entorno.
  • Fácil acceso a la intuición y a la conciencia superiores.

viernes, 7 de junio de 2013

"Nada ocurre por casualidad

"Nada ocurre por casualidad. Todo lo que pasa tiene un porqué. Tal vez tu cerebro no lo sepa, puede que jamás lo imagine.
Pero tu corazón lo sabe. Tu corazón siempre lo sabe".
TODO PASA POR UNA RAZÓN...
Algunas veces las personas llegan a nuestras vidas y rápidamente nos damos cuenta de que esto pasa porque debe de ser así para servir un propósito, para enseñar una lección, para descubrir quiénes somos en realidad, para enseñarnos lo que deseamos alcanzar.
Tu no sabes quiénes son estas personas, pero cuando fijas tu ojos en ellos sabes y comprendes que ellos afectarán tu vida de una manera profunda.
Algunas veces te pasan cosas que parecen horribles, dolorosas e injustas, pero en realidad entiendes que sin que superes estas cosas, nunca hubieras realizado tu potencial, tu fuerza, o el poder de tu corazón.
Todo Pasa por Una Razón en la Vida....
Nada sucede por casualidad o por la suerte. Enfermedades,
heridas, el amor, momentos perdidos de grandeza o de pura tonterías, todo ocurre para probar los limites de tu alma.
Sin estas pequeñas pruebas la vida sería como una carretera recién pavimentada, suave y lisa. una carretera directa sin rumbo a ningún lugar, plana cómoda y segura, mas empañada y sin razón.
La gente que conoces afectan tu vida, las caídas y los triunfos que tu experimentas crean la persona que eres. Aun se puede aprender de la malas experiencias.
Es más, quizás sean las mas significativas en nuestras vidas.
Si alguien te hiere, te traiciona o rompe tu corazón le das gracias porque te ha enseñado la importancia de perdonar, de la confianza y a tener mas cuidado de a quien le abres tu corazón.
Si alguien te ama ámalo tu a él no porque él te ama sino porque te ha enseñado a amar y al abrir tu corazón y tus ojos a las cosas pequeñas de la vida.
Haz que cada día cuente y aprecia cada momento además de aprender de todo lo que puedas aprender, porque quizás mas adelante no tengas la oportunidad de aprender lo que tienes que aprender de este momento.
Entabla una conversación con gente que no hayas dialogado nunca y actualmente escúchalos y préstales atención.
Permítete enamorarte, liberarte y poner tu vista en un lugar bien alto.
Mantén tu cabeza en alto porque tienes todo el derecho a hacerlo. Repítete a ti mism@ que eres un individuo magnífic@ y créelo, sino crees en ti mism@ nadie más lo hará tampoco.
Crea tu Propia Vida, Encuéntrala y Luego Vívela!!

Lenguaje Asertivo para Enunciar Objetivos – PNL

LENGUAJE CORRECTO (ASERTIVO)

La intención de esta técnica es reaprender nuevas formas lingüísticas para expresarnos ante nosotros mismos y ante los demás. Esto se llama Lenguaje Asertivo.
El lenguaje en PROGRAMACIÓN NEUROLINGÜÍSTICA es muy importante para mandar el mensaje correcto a nuestra mente. Veremos cómo hemos perdido oportunidades de tener éxito por un mal planteamiento del objetivo, manifestado con un lenguaje negativo, ambiguo e incongruente. Observa la siguiente lista de palabras y piensa qué tanto las utilizas en el planteamiento de tus objetivos.
 asertividad
LISTA DE ERRORES COMUNES DE LENGUAJE AL ENUNCIAR UN OBJETIVO:
Uso del “no”la mente no registra el “no” y, por lo tanto, nos boicoteamos al plantearnos objetivos como “no quiero comer pan”; la imagen del pan aparece en la mente y entonces se antoja; “quiero comer frutas” o “las verduras me convienen” serían mejores planteamientos.
“Mañana”al hablar o pensar respecto al objetivo, es un error decir “mañana”, fecha que no está en el calendario y confunde a la mente; mañana es diario, mañana nunca llega.
“Un día de estos”, “la próxima semana”son tiempos que no están definidos ni en el calendario ni en el tiempo; “un día de estos” es demasiado ambiguo para la mente y “la próxima semana” sucede cada semana. Lo correcto es definir una fecha fija, como el martes 19.
“Tengo que”generalmente asociamos estas palabras con acciones o tareas que me disgustan y me cuesta trabajo realizar; ej.: “tengo que ir al banco”, “tengo que arreglar la casa”, pero no decimos “tengo que ir a la fiesta” (a menos que de veras no quieras ir). “Tengo que” implica una carga y un peso que nos detiene, por lo tanto hay que evitarlo en el planteamiento de objetivos.
Dudas sobre el logrocualquier vacilación impide que alcancemos el objetivo, la mente se detiene y no continúa con los pasos necesarios; es suficientemente inteligente para no seguir si hay cualquier titubeo.
“Sí, pero”esta expresión condiciona la posibilidad de conquistar la meta. El “pero” es una palabra que cancela la primera parte del enunciado, ej.: “tengo que sacar mi licencia nueva, pero es muy tardado”, “tengo que ir a la escuela, pero no me siento bien”. ¿Qué quiere decir esta persona? “Tengo que pasar la prueba, pero me da mucho miedo”, “te ayudo, pero mañana” (condiciono mi ayuda, procuro y deseo que tú no puedas mañana), “estoy a dieta, pero tengo muchos compromisos” (si tengo una cena la rompo). ¿Qué seriedad hay con la dieta? Aquí queda muy claro el autoboicot. Ir a la escuela es un deber cotidiano y no es visto como un objetivo.
“Qué flojera”al decir estas palabras, inmediatamente el cuerpo responde. Es una orden y por supuesto, el cuerpo entero se relaja y deja de tener energía, por lo tanto no puedo continuar, sólo pienso en actividades de flojera, el objetivo se elimina.
“Qué aburrido”con estas palabras el cuerpo responde y no habrá manera de tener RECURSOS para la acción mientras pensemos y digamos “qué aburrido”, pues esto disminuye el interés y se pierde energía.
Creencia limitantepor lo general vienen acompañadas de un “no puedo” u otras palabras que denotan incapacidad o que sucederá algo negativo si lo hago; ej.: “no puedo ser disciplinada”, “soy incapaz de bajar de peso, toda mi familia es gorda” o “no salgo de noche porque es peligroso”.
La regla básica para enunciar un objetivo es hacerlo en tiempo presente simple, positivo y afirmativo.
Al plantearlo es importante hablar en presente; la mente reconoce e interpreta mejor ese tiempo verbal; incluso hay que tener cuidado con el “voy a…”, pues implica futuro.
Plantear el objetivo en forma positiva aumenta la posibilidad de éxito; hablar más de “quiero bajar de peso” que de “tengo o debo bajar de peso” por obligación.
Hacerlo afirmativamente evita el boicot: “no quiero enfermarme” suena bien, sin embargo, me visualizo enferma; mejor “quiero estar sana” (me visualizo sana), eliminar el “no”.
Entrena tu mente para dejar de usar estas expresiones que sólo confunden y boicotean tus intentos de lograr alguna meta. Simplemente hay que recordarlas y evitarlas.

martes, 4 de junio de 2013

Las causas de una enfermedad pueden ser misteriosas y generalmente estar relacionadas a procesos psicosomáticos. ¿Cómo es que la mente puede propiciar enfermedades y también sanarlas?kids1.“¿Y acaso no es más grande aquel que cura el alma, que es más que el cuerpo?”
-Paracelso.
“Existen enfermos, no enfermedades”, dice la frase popular como un recurso para abordar una cualidad un tanto misteriosa propia de las enfermedades; específicamente que por los mismos métodos y con los mismos medicamentos no se obtienen siempre los mismos resultados. La medicina en su práctica cotidiana no es una ciencia exacta —o al menos aún no logra descifrar del todo los secretos del cuerpo humano para poder predecir con exactitud la respuesta a un tratamiento en todas sus aristas (esto es tomando en cuenta efectos colaterales y bajo una perspectiva holística). Uno de los aspectos más elusivos que se presenta en el estudio del cuerpo humano y su homeostasis tiene que ver con factores de acción psicosomática o psicobiológica, muchas veces responsables de que una persona no sane pese a que se le ha aplicado un método teóricamente funcional y responsables también de la cronicidad de ciertas enfermedades que llegan a ser “incurables”. Podemos decir que cada enfermo, cada cuerpo es un universo, pero sobre todo porque cada mente es un universo —de aquí el factor particular e impredecible que genera ruido en la medicina.
Hay una tendencia cada vez más marcada en la ciencia moderna a aceptar que las enfermedades son padecimientos integrales que deben también tomar en cuenta entre sus causas la intercomunicación del sistema mente-cuerpo. La forma principal en la que la medicina ha incorporado este factor “mental” tiene que ver con el estrés. El psicólogo Walter Cannon acuñó el término en su acepción moderna para referirse a aquello que perturba el estado de equilibrio del organismo o homeostasis —término que también acuñó siguiendo el concepto de milieu intérieur de Claude Bernard, bajo la hipótesis de que existe una especie de estado de equilibrio o unidad interior que podríamos llamar salud (en inglés la palabra “health” (salud) se deriva de la raíz anglosajona “hal”, la misma de la que proceden  “whole” (entero), “holy” (sagrado) y “heal” (sanar)). Hans Seyle fue la primera persona en reconocer la existencia del estrés biológico con sus efectos nocivos. Seyle entendió el estrés como la respuesta de un organismo que intenta adaptarse a un agente externo que perturba su equilibrio.  En un experimento con ratones notó que al inyectarles extractos de varios órganos éstos generaban una sustancia glandular. Seyle creía que había descubierto una nueva hormona, pero luego observó que no obstante el tipo de sustancia irritante  que les inyectaba se producían los mismos síntomas –mismos que había identificado  en personas con diferentes enfermedades. El trabajo de Seyle culminó en lo que llamó el “Síndrome de Adaptación General”, una término universal para las enfermedades y “una teoría de cómo el estrés mental o físico es transducido [convertido] en ‘problemas psicosomáticos” por las hormonas del “eje hipotálamo-pituitaria-adrenal’ del sistema endócrino.
La liberación de glucocorticoides (como el cortisol) y neurotransmisores vinculados al estrés (como la noradrenalina) biológicamente tiene la función de protegernos al implementar una respuesta de huida o lucha (“fight of flight”), la cual es muy útil , al generar químicos que nos permiten reaccionar con velocidad, cuando estamos en una situación de peligro. Este instinto es parte de una herencia biológica que actualmente quizás nos es un poco contraproducente –al no enfrentar comúnmente tigres dientes-de-sable o mamúts que atenten con nuestras vidas en las calles. El problema yace en que liberar estos químicos coloca a nuestro cuerpo en un estado de extrema (aunque ágil) tensión –fuerza la máquina, por decirlo de manera coloquial– lo cual si se repite mucho tiene varios efectos colaterales, el más obvio: la fatiga. ¿Si no enfrentamos cotidianamente peligros de vida o muerte, por qué producimos estas descargas hormonales in extremis? Principalmente porque nuestra mente de cualquier forma encuentra estos peligros, o sus sucedáneos más civilizados y abstractos, en el mundo que la rodea. Uno podría decir que la mente se inventa predadores fantasmas –a diferencia de los sobresaltos de la selva que en su intensidad tenían un pronto desenlace, los predadores modernos son generalmente lentos y obsesos roedores psíquicos que no acaban de amenazar y que van horadando nuestra constitución. Este es el caso del estrés crónico en la modernidad. En el caso del trauma –que podríamos llamar improntas de estrés agudo– podemos pensar, ahí sí, en encuentros con paralizantes predadores que de un sólo golpe marcan nuestra psicobiología y desatan una constante respuesta, aunque ya ralentizada, de químicos defensivos o estresantes –esos predadores paralizantes, paradójicamente, muchas veces son nuestros padres o personas cercanas. Lo anterior revela que lo único que necesita la mente, en su interacción con el medio ambiente, para desencadenar toda la secuela del estrés es información –información que la perturba, la inquieta o la excita. Esta información –que la mente reconstruye al percibir– es traducida en energía –o en bloqueos de energía– en el cuerpo, a través de las señales que emite el cerebro.
Hoy sabemos que numerosas enfermedades y padecimientos están directamente relacionados con el estrés: la úlcera, los problemas del corazón, depresión migrañas, gripes y problemas respiratorios, estreñimiento y otros problemas digestivos. Pero es posible que la mayoría de las enfermedades estén en alguna medida relacionadas con el estrés o factores psicosomáticos. El estrés debilita el sistema inmunológico al secretar químicos como el cortisol —con el propósito de redistribuir la energía del cuerpo a órganos que en una situación crítica requieren mayores recursos, como el cerebro y el corazón, se suprime el sistema inmunológico. Cuando esto se repite mucho el cuerpo se vuelve vulnerable a todo tipo de ataques inmunológicos. El estrés también inhibe la producción de citocinas, las proteínas encargadas de la comunicación intercelular y de regular los mecanismos de inflamación: es por eso que el estrés retarda la sanación de las heridas (un estudio mostró que personas que reportaban tener problemas con su pareja tuvieron mayor propensión a enfermarse y tardaron más sanar heridas físicas). En cierta forma podemos concluir  que el estrés, que en la actualidad se genera principalmente debido a la forma en la que la mente evalúa la realidad que lo rodea (un juicio que angustia o una incapacidad de relajarse, de no reaccionar y aceptar los estímulos y la información del medio ambiente sin defenderse) es el factor central en provocar una corto circuito entre las respuestas homeostáticas naturales del cuerpo, interrumpiendo la fluidez de la comunicación celular y los mecanismos de autosanación (o autorregulación). Ahora indaguemos más sobre por qué nuestro entorno, que ha sido sanitizado por la ciencia y acomodado por la tecnología, de cualquier forma nos genera cantidades exorbitantes de estrés.

¿La infancia es destino? Trauma, abuso y determinismo psicológicoUna lectura somera del trabajo de Sigmund Freud nos remite a la creencia extendida de que lo que nos sucede en la infancia de alguna manera marca —hasta indeleblemente— el desarrollo de nuestra vida, como si en ese campo tierno que es la infancia las heridas se grabaran con más fuerza. Freud, por supuesto, introduce el concepto del inconsciente, el cual se convierte en la fuente de nuestras conductas, ocultando su primera causa. De esto podemos extrapolar el entendimiento de Jung de que hasta que el individuo no hace consciente la mayor parte de los detritos psíquicos que  lo componen, su vida se desdoblará como una especie de esclavitud de su inconsciente, al cual “llamará destino”. Bajo la concepción de Jung podemos decir que el estigma de lo que  nos ocurre, que motiva secretamente todos nuestros actos —y de ahí el lapsus y la fobia—, es “indeleble” siempre y cuando permanece inconsciente y no ha sido integrado.
Esto nos lleva a reflexionar sobre el “determinismo”, el libre albedrío y la capacidad de liberarnos de las taras de nuestra psique profunda (hereditarias o infantiles). Evidentemente este es un tema que no puede abordarse en un par de párrafos. Aquí nos concentraremos en la relación que tienen los acontecimientos psíquicos, principalmente los de la infancia, con el desarrollo de enfermedades y en si existe la posibilidad de modificar el curso determinista de los mismos.
Que lo que nos ocurre en la infancia afecta profundamente nuestra vida resulta intuitivo, casi como una cadena de causa y efecto, pero hasta hace poco no había sido comprobado. Un estudio realizado por la Escuela Politécnica Federal de Lausanne mostró que el abuso físico y psicológico, y el abandono o la muerte de un ser querido tienen una correlación con los niveles de estrés en la adultez. Este es básicamente el mecanismo operativo del trauma. La investigadora Carmen Sandi dijo al sitio La Terceraque los resultados de su estudio “demuestran que la exposición al estrés durante los primeros años de vida conduce a un aumento de los comportamientos agresivos y también a alteraciones en la actividad cerebral”. Sandi, sin embargo, considera que, pese a esta predisposición neurológica, es posible reprogramar “los comportamientos y las funciones cerebrales que fueron dañadas por la exposición temprana al trauma” a través de fármacos combinados con una terapia cognitiva.
El estudio muestra que existe una programación epigenética, un factor ambiental —en este caso un estrés agudo—, que es capaz de programar el cerebro para predisponer conductas y afectar la expresión de ciertos genes (en un artículo previo vimos lo que es el campo epigenético: el cual modula la expresión de algunos de nuestros genes en su interacción con el medio ambiente, nuestros hábitos, alimentos y posiblemente incluso nuestras emociones).
El sitio La Tercera también cita un estudio de la Universidad de Ohio en el que se descubrió que personas que fueron expuestas a trauma infantil vivieron entre 7 y 15 años menos que personas que tuvieron una infancia menos problemática; el mismo grupo mostró tres veces más riesgo de derrame cerebral en el caso del trauma. Los investigadores creen que esto se debe a que el estrés afecta el desarrollo normal de un individuo.
El eminente médico Franz Alexander, padre de le medicina psicosomática y de la criminología psiconanalítica, encontró un interesante patrón entre los niños que contraían hipertiroidismo. Aquellos que manifestaron esta enfermedad hormonal mostraron la tendencia de identificarse con un padre, generalmente la madre, debido al abuso o al rechazo del otro. “Estos pacientes no pueden superar su ansiedad recurriendo a sus padres por ayuda. Sus necesidades dependientes son constantemente frustradas debido a sus circunstancias o por las actitudes parentales, por la pérdida o por el rechazo, así como por conflictos más complejos que involucran culpa”. Esto generalmente provoca una identificación con alguno de los padres y posiblemente una alianza a través de la enfermedad. La enfermedad  puede ser vista no sólo como una forma de llamar la atención, es también una búsqueda del amor carente, y en ocasiones una forma de solidarizar con la enfermedad o muerte de uno de los padres. En su misterio, que a veces parece operar como una fuerza antagonista destructiva,, el inconsciente llega a hacernos enfermar, paradójicamente, en un pulsión cuyo motivo es el amor (thanatos y eros se entrelazan y confunden en un baile de máscaras en nuestra mente).art-dep¿Cuál es el origen o la causa primera de una enfermedad? Esta es una pregunta que nos deja perplejos ante una serie casi infinita de instantes concatenados con sus respectivas respuestas psíquicas. ¿Fue aquel día remoto que vimos a nuestros padres pelear? ¿Fue la angustia que sentimos al no sentir, por predisposición neurológica o azar, el amor de nuestra madre al salir del vientre? ¿Fue el abuso físico o psicológico que sufrimos de parte de uno de nuestros tíos, primos o padres? ¿O quizás algo menos explícito y más enigmático, simplemente una temprana interacción con el medio ambiente que no pudo ser encauzada, y que generó una serie de secuelas, hasta la cronicidad? Y, por supuesto, ¿posibelmente fue el determinismo de una cadena genética, que por generaciones no ha logrado sanar una cuita, un malfuncionamiento, pero que quizás nosotros podríamos sanar, y modificar su expresión por medios epigenéticos? Llegamos aquí una fuente quizás más remota en la cual el karma, la reencarnación y la posible existencia de un espíritu que amalgama la multiplicidad de nuestra existencia se entroncan con la genética. ¿Es posible que nuestras enfermedades vayan más allá de nuestro cuerpo actual y se remonten a una especie de nudo psíquico propio de nuestro linaje  (la enfermedad como un fantasma en un laberinto)? Sinceramente esto supera mi entendimiento y lo refiero aquí solamente porque me parece una posibilidad, entre otras –y dentro de la esencia misteriosa de una enfermedad, de aquello que impide el pleno funcionamiento de nuestra voluntad psicofísica, no es del todo implausible que esos agentes externos estresantes provengan de regiones distantes y de dimensiones invisibles u ordinariamente imperceptibles.

Relajación, placebo, autosanación e hipnosis
“Toda enfermedad es el resultado de vida psíquica inhibida… El arte del sanador consiste en desatar el alma, para que pueda fluir a través del agregado de organismos que constituyen cada forma particular. La sanación verdadera ocurre cuando la vida del alma puede fluir sin impedimento ni represión a través de todos los aspectos de la forma”
Djwahl Kul.
Hasta ahora hemos esbozado una teoría de cómo la mente, en su interacción con el medio ambiente, puede generar un proceso de enfermedad, ligado fundamentalmente a la detonación de mecanismos de defensa químicos que, de manera crónica o aguda, llegan a convertirse en agentes tóxicos para el funcionamiento de un organismo. Ahora veamos como la misma mente —o el software de la biocomputadora humana— también es capaz de desencadenar un proceso de sanación.
Los mecanismos por los cuales se produce la sanación psicosomática son menos conocidos que los mecanismos por los que se produce la enfermedad psicosomática. Fundamentalmente se sabe que aquellos factores que inhiben la hormonas relacionadas con el estrés, generando estados de relajación, son los responsables de propiciar estados benéficos para la salud. La relajación puede ser entendida entonces como el opuesto psicosomático del estrés, pero su definición está dada justamente en relación al estrés y no tanto por sí misma. Los beneficios de prácticas como la meditación, el neurofeedback, el yoga u otras disciplinas tienen que ver fundamentalmente con promover la relajación y reducir el estrés.
Otra de las formas en las que se entiende la sanación psicosomática tiene que ver con el efecto placebo. Hoy sabemos por numerosos estudios médicos que el placebo es algo recurrente, pero no conocemos a ciencia cierta como es que opera. Existen, sin embargo, algunas pistas dentro del incipiente campo de la psiconeuroinmunología. El trabajo del hipnotista Ernest Lawrence Rossi es en este sentido uno de los grandes referentes. En su libro “The Psychobiology of Mind-Body Healing”, Rossi  relata el caso de un paciente, el Sr. Wright, quien mostró una radical respuesta al placebo (el caso fue documentado por el Dr. Phillip West). El Sr. Wright tenía numerosos tumores del tamaño de órganos y se le pronosticaba apenas unas semanas de vida cuando escuchó sobre un nuevo medicamento para tratar el cáncer llamado “Krebiozen”. Entusiasmado, convenció a su médico para que le administrará este medicamento. Desde antes de recibir el medicamento el Sr. Wright ya mostraba un talante de radical mejoría y después de que se le administrará una inyección en  un plan de diez días, sus tumores habían prácticamente desaparecido. Dos meses después reportes en la prensa sobre el Krebiozen hacían referencia a que las pruebas clínicas no habían obtenido buenos resultados. Esto inmediatamente deprimió al Sr. Wright, quien volvió a desarrollar tumores. Pero el Dr. West había detectado lo sucedido y le comentó que los medios estaban desinformando y que había una nueva cepa de la medicina de mayor potencia. La recuperación de su tumor terminal fue aún más dramática. El Sr. Wright se mantuvo dos meses sin síntomas, pero lamentablemente un reporte de la Asociación de Médicos de Estados Unidos llegó a sus manos en el que simplemente determinaba que este fármaco era inútil. Poco después murió.
Rossi escribe sobre el proceso de placebo: “Obviamente, el sistema inmune del Sr. Wright debió de haberse activado por su creencia en la cura. La rapidez increíble de su sanación sugiere que sus sistemas autonómico y endócrino debieron de responder fácilmente a la sugestión, permitiendo que movilizara sus torrente sanguíneo con una increíble efectividad para remover fluidos tóxicos y desechos del cáncer en rápida disminución[...] Ahora sabemos mucho mas del ‘sistema límbico-hipotalámico’ del cerebro como el gran conector entre mente y cuerpo que modula la actividad de los sistemas autonómicos, endócrnos e inmunes en respuesta a creencias y a sugestión mental”.
Para Ernest Lawrence Rossi este proceso de conexión y modulación mente cuerpo puede entenderse a través de un mecanismo de transducción. Todos los procesos físicos y psíquicos son manifestaciones o transformaciones de información. La transducción hace referencia a que no sólo la materia y la energía son convertibles, también la información se transforma en materia y energía. Es de esta forma que un fenómeno psíquico llega a somatizarse y también a desencadenar –por una orden generalmente inconsciente— un proceso de sanación o una respuesta placebo. Probablemente de la misma forma que el estrés desencadena una cascada bioquímica en el cuerpo, la relajación también produce una descarga de hormonas y neurotransmisores, en este caso algunos más benignos, tal vez oxitocina, serotonina y dopamina.
De maner muy básica podemos entender que en directa oposición a la cronicidad del estrés opera la habituación a la relajación. Así prácticas como el yoga, la meditación, el ejercicio y las relaciones humanas íntimas (el sexo y la vinculación emocional) pueden actuar en directo detrimento de las enfermedades. Y, opuestamente al trauma, al estrés agudo, podemos cotejar una respuesta de sanación como la que puede ocurrir a través de la hipnosis, de la toma de sustancias psicodélicas como la ayahuasca o de un “breaktrough emocional, quizás ligado al amor, como fuerza vital (eros que se encumbra sobre thanatos), y hasta al desprendimiento de la energía kundalini, la serpiente que al desenrollarse y subir por el cuerpo hacia la corona desboloquea los nadis o canales energéticos. Este acto de sanación aguda reprogramaría al organismo generando una impronta positiva inversamente proporcional al trauma.
La hipnosis, según Rossi, es capaz de sanar  ya que la memoria y el aprendizaje dependen de un estado (“state-dependent memory”). Un ejemplo de esto es cómo en ocasiones solo nos acordamos de ciertas cosas cuando vivimos algo similar o estamos en un estado mental similar –por ejemplo bajo el infujo de ciertas drogas accedemos a una gama de memoria. Para recordar un episodio traumático y sanarlo es necesario entrar en ese mismo estado y revivirlo –lo que equivale a hacerlo consciente e integrarlo. Al acceder a esta memoria que depende de un estado psíquico –accedemos a una especie de archivo oculto dentro de nuestro sistema operativo que sigue corriendo y podemos reprogramarlo.
El campo de la sanación psicosomática y de la psiconeuroinmunología apenas está siendo explorado y podría ser el futuro de la medicina. Una medicina holística y multidimensional que reconozca el poder de la mente. Quizás estos procesos de sanación acelerada que en ocasiones logra detonar el  placebo (“el doctror interno”) puedan ser detonados a voluntad. Estaremos más cerca entonces de hackear el sistema operativo de nuestra mente inconsciente y de instalar al espíritu en la cabina de piloto con plena facultad ejecutiva.
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